Urania diseñaba el amanecer
aportillando paredes del espejo
Deslizabanse cuasi partículas
de luz convirtiéndose en
fractales bailarinas del Sol
La luna abrigaba sus ojos
de sueño y la sombra se iba
aplomada atrás del infinito
Ella había despedido la noche
explorando las nubes del limbo
despertando niñas entumecidas
ensoñando tras un dios de cristal
Astros impasibles gravitaban
generando elípticas policromas
como caminos del eterno retorno
disgregando directrices de sal
Esas niñas aladas del adolecer
aterrizando leves sobre el mar
Atisbabanse cuasi matinales
a la luz desvistiéndose como
fractales bailarinas en su don
Urania estrellaba sus ojos
sinceros y la sombra se iba
desatormentada
atrás del espejismo.